miércoles, 4 de diciembre de 2013

Experiencia callejera.

Una experiencia bastante buena, me reí mucho ya que no es nada fácil estar agarrado a una persona por detrás, al caminar te chocas con sus pies porque el ritmo es distinto, pero claro si te echas para un lado tienes miedo de chocarte por si tu lazarillo no se da cuenta o por lo menos yo tenía esa sensación.Yo personalmente, me fijaba mas en los olores, en escuchar para ver si tenia un indicio de donde estaba, o cuando había un escalón exageraba mas los movimientos y necesitaba arrastrar los pies, ya que me sentía insegura y haciendo eso me sentía como mas protegida. Al principio caminaba con miedo, aunque sabía por donde iba, al rato deje de saber donde estaba pero ya me había acostumbrado y estaba tranquila.Se hizo el intercambio de lazarillo, "que yo no lo hice porque en mi grupo había 3 personas" (me hubiera gustado probarlo la verdad), y por lo tanto en ningún momento tuve que quitarme la venda.Pero iba bien, hasta que mi compañera que tampoco podía ver, se puso nerviosa y me echaba para atrás o me daba con los pies, hay empezó a ser fastidioso porque hubo que cambiar el ritmo de nuevo, tuvimos que ir mas pegadas y era incomodo, todo esto mas que ya no sabía donde me encontraba y me parecía que llevaba mucho tiempo sin ver.Esto hizo que me alterara y me agobiara, el tiempo paso mucho mas lento y quería quitarme la venda, y como me tenia que tranquilizar me fije en el ruido de los coches, si estaban cerca o lejos, si pasaba mucha gente o poca, etc... entonces averigüe donde estábamos e hizo que se me hiciera mas fácil y empezó otra vez a pasar el tiempo rápido, y por fin nos paramos. Cuando nos dieron de comer garrapiñada sin saber lo que era, no quería comérmela ya que sentía una textura muy extraña, pero me la metí en la boca y supe rápidamente lo que era e incluso sentí el sabor mas intenso.

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